¿La oscuridad para los murciélagos o nos adaptamos ?
- Claudio Dominguez
- 20 oct 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 ago 2023
La noche incluye una amplia gama de condiciones de visibilidad afectadas estas por diversos factores entre los cuales podemos mencionar :
Las condiciones meteorológicas
El ambiente o terreno
Factores Fisiológicos
Factores psicológicos
Llevado al escenario en el que mayormente se dan las situaciones de defensa "baja o nula visibilidad" acorde la casuística, nos encontramos con un serio problema que estará golpeando seriamente nuestras capacidades de observación y por ende nuestra capacidad de identificación positiva de una amenaza.

Claro, lo dicho anteriormente, suponiendo que aún viajamos con la cabeza arriba, conscientes de nuestro entorno y con un grado de atención acorde al ambiente y situación. Pero aún haciendo una aproximación pro activa o preventiva, no siendo sorprendidos, nuestras capacidades se verán seriamente afectadas. Lamentablemente al verse afectada y reducida nuestra capacidad de visión, nuestros procesos cognitivos se enlentecerán así cómo nuestra capacidad de reacción, afectando los factores: tiempo de respuesta y eficiencia en la respuesta.
Saber cómo y dónde movernos en un determinado escenario cómo puede ser nuestro hogar, que es donde corremos con ventajas a favor, es clave. Asumimos que conocemos cada hueco y hasta dónde pisar o no pisar.
Este conocimiento es y será nuestra ventaja táctica siempre y cuando las luces "jueguen" o las empleemos a nuestro favor.
Lamentablemente la primera acción de muchos ciudadanos al escuchar ruidos, o ante el riesgo de una intrusión en su hogar es encender las luces interiores, pero al encender las luces quedan más expuestos y afectan su capacidad de visión nocturna ya adquirida. Nuestra retina tarda nada más y nada menos que 30 largos minutos en adaptarse a la oscuridad.

Acciones como pasar de un ambiente de mucha luz a poca luz nos dejará literalmente desnudos y vulnerables ante una potencial amenaza. En contrapartida empleando la luz correctamente, podemos dejar la amenaza totalmente expuesta, o generar el espacio y/o ventaja necesaria para huir, evitando una innecesaria confrontación.
Al fin un enfrentamiento es impredecible y siempre hay posibilidades de salir lastimados.
Hay otros factores fisiológicos y psicológicos que nos afectan. Por mencionar algunos aquí: nuestro reloj interno, ritmo cardiaco, respiración, cansancio y las viejas y queridas emociones.
A pocas personas les agrada la oscuridad, y de la mano de esta, vienen acopladas la sensación de aislamiento y la inadaptación ambiental. Dos factores que nos provocan un torbellino de emociones.
Indudablemente no somos "bichos de la noche", pero de vez en cuando es aconsejable navegar en la oscuridad y sentirnos algo más confiados en ese ambiente. Y esto no es todo , las cosas pueden ir peor. Murphy está ahí a la vuelta de la esquina o el otro lado de la puerta.
Seguramente y aún en el escenario del hogar, nuestra arma de defensa será empuñada a una mano, empleando nuestra mano de servicio para ayudarnos en la navegación, evitar tirar aquella lámpara o aquel florero de la abuela.
En el mejor de los casos y si somos previsores tendremos una linterna en esa mano y esperemos que juegue en nuestro equipo. Aun así, debemos hacer la manipulación y operación de nuestra arma de defensa con una sola mano. Si llega ese momento esperemos tener desarrolladas las habilidades que necesitamos y el conjunto de tácticas defensivas que necesitaremos en ese escenario: nos darán la buscada ventaja táctica. A través del entrenamiento podemos desarrollar mayor confianza para movernos en ese escenario y sumar las herramientas necesarias a nuestra valija táctica.

Dulces sueños!
TACTICAL DEFENSE TRAINING
"La táctica comienza aquí"
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